miércoles, octubre 13, 2010

mosquitos

Algunas veces creo tener cientos de palabras en mi mente, tantas como para escribir un gran libro, aunque mi problema comienza al tratar de materializarlas, son tan molestas las palaras que zumban en mi cabeza como si fueran mosquitos de los que no te dejan dormir a media noche, como si me susurraran al oído algo, de lo que ya no quiero ni acordarme y me invitaran a conocer una verdad que ya conozco, trato de espantarlos con miles trucos heredados de las abuelas, pero siempre terminan volviendo a alterar mi tranquilidad y lo único que se me ocurre es estampillarlos con un papel, para que así queden marcados como si fueran las palabras del libro que quiero escribir.

Afortunadamente he encontrado un buen remedio que al menos ya no hace tan frecuente la presencia de estos fastidiosos e inquietos animalitos, que lo único que hacen es acordarme de ti. Hoy tengo un gran repelente lleno de una mezcla de paciencia, orgullo y sobretodo tiempo, que a pasos agigantados me van alejando de ti.

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